Últimamente es bastante habitual escuchar en los círculos empresariales que uno de los objetivos que deben perseguir las empresas para poder sobrevivir en la actual coyuntura económica debe ser mejorar su competitividad.
Se busca mejorar procesos, implantar herramientas de gestión de la calidad, optimizar recursos, etc.
Pero lo que muchas empresas desconocen es que, en buena parte de los casos, bastaría simplemente con reducir el desperdicio que generan en el desarrollo de sus procesos.
En el artículo de hoy, identificamos los principales.
Una de las principales causas de la falta de eficacia y eficiencia en las empresas tiene su origen en los desperdicios.
Entendemos como tal todo aquello que, dentro de un determinado proceso o actividad, añade un coste para la organización sin añadir valor al producto o servicio.
Dicho de otra forma, son acciones u omisiones que cuestan tiempo, dinero y/o esfuerzo y que no suponen la recepción de un mayor valor por parte de nuestros clientes.
Identificarlos es el primer paso para eliminarlos. Así que, estos son:
- Desperdicios de sobreproducción
Suele ser el desperdicio por excelencia.
Se genera cuando se produce más cantidad o a mayor velocidad de lo que se necesita. Incluye desperdicios de materiales, horas de trabajo, uso de equipos, etc.
Suele generar importantes costes de almacenamiento, deterioro, espacio u obsolescencia.
- Desperdicios de inventario
Se produce como consecuencia del exceso de abastecimiento, es decir, por encima de los requerimientos del proceso necesarios para producir productos o servicios justo a tiempo.
Suele tener sus causas en la de falta de planificación y desconocimiento de las cantidades necesarias, pronósticos inadecuados, insuficiente información histórica o falta de confianza en los proveedores.
Originan los conocidos “cuellos de botella”.
- Desperdicios de proceso
Se incluye en esta categoría toda tarea o esfuerzo que no agrega valor al producto o servicio, o añade mejoras que no son percibidas por el cliente.
Tienen su origen principalmente en:
– Cambios de ingeniería o de procesos que no se aplican en su totalidad
– Toma de decisiones en los niveles inapropiados
– Falta de información sobre los requerimientos del cliente
– Políticas y/o procedimientos rígidos y/u obsoletos
– Etc.
- Desperdicios de esperas
Son los que se producen como consecuencia de los denominados “tiempos muertos”, derivados de la falta de sincronización.
Implican costes que se acumulan con cada interrupción del proceso, así como menores niveles de productividad.
Entre sus principales causas, destacan:
– Métodos de trabajo mal organizados
– Incorrecto balanceo de las líneas de producción
– Tiempos largos de cambio/ajuste/limpieza de máquinas
– Mala planificación de la producción
– Errores de programación
– Demoras por carencia de materiales
– Etc.
- Desperdicios por correcciones
Surgen cuando el producto final no cumple con los requerimientos de calidad.
Es quizá el que produce los mayores costes para las empresas e implica rehacer o reprocesar un producto o servicio para satisfacer los requerimientos del cliente.
Ello además, sin perjuicio de añadir costes derivados de garantías, servicio técnico, cambio de productos e, incluso, pérdida de clientes.
Entre otras causas, podemos citar:
– Diseños y especificaciones deficientes
– Falta de planificación y control
– Falta de coherencia entre el diseño y la producción
- Desperdicios de movimiento de personal
Se refiere al movimiento ineficiente de personal, que no agrega valor al producto o servicio final.
Entre sus causas, destacamos:
– Mala distribución del espacio de trabajo
– Organización deficiente
– Funciones mal definidas
– Métodos de trabajo poco efectivos
– Capacitación insuficiente
– Etc.
- Desperdicios de movimiento de materiales
Se refiere a cualquier movimiento innecesario de material, ya sea desde un proveedor o un almacén hacia el proceso, entre procesos e, incluso, dentro de un mismo proceso.
Su origen está principalmente en:
– Largas distancias de transporte
– Programas de producción no alineados con la demanda
– Transporte ineficiente
– Inadecuada distribución
– Mala planificación
Estas siete categorías de desperdicios constituyen una de las clasificaciones tradicionales, pero no es la única, ni están identificadas en ella todas las causas.
En su aplicación práctica, para la determinación de los desperdicios producidos en una empresa, será necesario un análisis exhaustivo basado en las características específicas de cada organización.
En cualquier caso, para su detección y eliminación será necesaria la colaboración y la participación de todo el personal.
Y recuerda, todo desperdicio:
- Cuesta dinero
- Consume tiempo
- Reduce la producción
- Incrementa los costes
Gracias a sido de mucha utilidad para mi investigación ademas de ser muy brebe y acertada