No hace mucho conocíamos la noticia de la retirada, esta vez en firme y definitiva, de uno de los visionarios con mayor influencia en el mundo de la informática de las últimas décadas, y no mucho después, en concreto la madrugadada del seis de octubre, nos golpeaba la funesta noticia de su fallecimiento.
Es curioso que cuando una de esas figuras internacionales nos deja, acto seguido en numerosos medios de comunicación se hacen eco de la noticia y no paran de repasar una y otra vez su carrera, y dentro de ese alud informativo, llama la atención cómo una persona que no ha obtenido una carrera universitaria, haya sido capaz de conseguir e influir tanto en el mundo informático, e indirectamente en nuestras vidas.
Puede que su secreto lo haya puesto de manifiesto en su célebre discurso de graduación de la universidad de Stamford, que podéis ver en el siguiente vídeo, o puede que se lo haya guardado celosamente para sí.
Pero si nos concentramos en ese discurso, y lo analizamos de forma detenida, podremos comprobar que el grado de implicación y satisfacción con el que hagamos las cosas es vital para que se alcance el objetivo propuesto.
Partiendo de esa base, y siguiendo las palabras extraidas de la oratoria del protagonista de estas líneas, podemos contemplar y a la vez poner de manifiesto cómo el aprendizaje en profundidad, independientemente de la materia, siempre nos resultará de utilidad, más tarde o más temprano. Como cita, la célebre frase “el saber no ocupa lugar”, lo que me lleva a pensar que los aprendizajes forzados, o realizados por “obligación” no suelen llevar a buen puerto.
Por tanto, lo que se pretende poner de manifiesto, al margen de hacernos eco de la citada noticia, es que debemos apreciar la capacidad que todo ser humano tiene de aprender, más allá de currículo individual, y que ese aprendizaje cuando se realiza con entusiasmo e interés propio será verdaderamente productivo.
La actual sociedad de la información pone a nuestro alcance la posibilidad de conocer múltiples conceptos y diferentes medios para alcanzarlos (cursos presenciales, a distancia, teleformación, etc.), ya solo nos resta interés por conocer y ganas por aprender, pues el mundo se ha quedado huérfano de uno de sus genios y es necesario reemplazarlo lo antes posible. Ahora más que nunca.
Descansa en paz.
“Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás la razón”. Steve Jobs (1955-2011)