Para aquéllos a los que les haya interesado el Principio de Peter del que ya he hablado en este mismo blog, hoy me gustaría introduciros otro principio con un poco más de “mala leche” relacionado con el ascenso en la escala jerárquica empresarial.
El principio de Dilbert toma su nombre de una tira cómica de Scot Adams; fue enunciado en 1996 en un artículo de este autor publicado en el diario estadounidense The Wall Street Journal y dice que “todo trabajador incompetente tiende a ser ascendido hacia el lugar donde haga menos daño a la organización, es decir, hacia la dirección”.
Este principio parte de la base de que los puestos que realmente desarrollan la productividad de la empresa son los más bajos de la escala jerárquica, mientras que los puestos directivos afectan poco a la actividad productiva de la empresa.
De este modo, se ascendería intencionadamente a trabajadores incompetentes hacia puestos más altos de la organización, que en realidad tienen menos calado, para evitar que sus decisiones sean perjudiciales, ya que el autor de dicho principio sobreentiende que a los puestos directivos llega la información completamente masticada, por lo que sus decisiones vienen tomadas desde las escalas inferiores.
Este principio ha sido ampliamente criticado, esgrimiendo como principal argumento que un incompetente en la cima de una escala jerárquica sí que puede hacer mucho daño a la organización, no es en absoluto inofensivo. Lamentablemente, sobran ejemplos de personas que están muchos niveles por encima de su nivel de incompetencia.
Recordando el Principio de Peter, nuestro “vendedor” ascendía hasta toparse con un puesto donde se mostraba incompetente y allí se estancaba. Según el Principio de Dilbert, este trabajador sería ascendido con el tiempo para que dejase de entorpecer el funcionamiento del departamento.
Espero que este principio os haya resultado interesante y os invito a que aportéis vuestra visión sobre el tema en el apartado de comentarios.