Continuando con el hilo de artículos donde explicamos conceptos económicos de actualidad y que son desconocidos por el ciudadano medio, hoy tocaremos un tema de rabiosa actualidad: “las participaciones preferentes”, las cuales están a diario en los noticiarios debido a una supuesta estafa por parte de algunas entidades bancarias españolas a sus propios clientes, haciéndoles meter sus ahorros en productos financieros de extrema complejidad y riesgo, no orientados a pequeños ahorradores, sino a grandes inversores.
Podéis ver un pequeño resumen de esta problemática en el siguiete vídeo:
Lo primero es explicar el concepto. Las acciones o participaciones preferentes son valores de más alto rango que las acciones comunes, y sus términos son negociados entre la corporación y el inversionista. Podéis aumentar vuestro conocimiento sobre el tema, pulsando en el siguiente enlace: ACCIONES PREFERENTES
Este producto financiero, emitido por todo tipo de empresas, es extremadamente complejo, ya que se trata de inversiones de tipo perpetuo (sin un vencimiento determinado) y con una escasa liquidez; resulta un término intermedio entre las acciones y los depósitos.
El riesgo de “las preferentes” se hace evidente conociendo sus 3 características fundamentales:
- No se garantiza el capital. Si se desea recuperar lo invertido se deben vender en un mercado secundario (por ejemplo, la Bolsa), con lo que su valor se ve sometido a la cotización de los mercados, por lo que a la hora de recuperarlo se puede llegar a perder una parte muy importante del montante inicial.
- El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), no se hace responsable de este tipo de acciones. Lo que implica que en caso de quiebra de la empresa, se pierde el total de la inversión (a no ser que se produzca un rescate del FROB)
- Poseen una baja liquidez. Al ser perpetuas, se debe realizar una complicada operación de compra-venta para poder recuperar la inversión, lo que significa que en caso de urgencia no se puede recuperar rápidamente el dinero, lo cual supone un grave perjuicio para un ahorrador normal.
Lo que cabe preguntarse es, ¿y cuáles son sus ventajas? Para esta pregunta existe una sola respuesta: la alta rentabilidad, ya que este tipo de producto financiero remunera a quien la adquiere, muy por encima del nivel en el que lo suelen hacer los depósitos a plazo fijo. Suelen moverse en torno al 7-15%, lo que supone una gran diferencia con respecto al resto de alternativas disponibles en el mercado financiero.
Es un gran riesgo analizar una inversión teniendo solo en cuenta los beneficios aportados, sin tener en cuenta el resto de “contras”; ya que, por ejemplo, en el caso de las preferentes, la entidad emisora se reserva el derecho de suspensión de éstas al cabo de un determinado periodo, si así le conviene (derecho que no es bidireccional); además de que si dicha entidad no ha tenido beneficios ni pagado dividendos durante ese año fiscal se podría llegar a no cobrar el cupón anual.
Conocidos en qué consiste este producto financiero, y cuál ha sido la polémica suscitada al ser vendidas por bancos, de una forma supuestamente fraudulenta; cabe pensar que empezarán a salir, poco a poco, resoluciones favorables a los afectados que puedan demostrar que fueron mal informados sobre estas preferentes, de lo cual ya hemos tenido recientemente los primeros ejemplos:
NOTICIA 2ª RESOLUCIÓN JUDICIAL A FAVOR DE UN AFECTADO POR LAS PREFERENTES
Al resto de personas afectadas, se les recomienda recurrir judicialmente sus contratos con las entidades financieras, en el caso de que no se les informara debidamente de los riesgos inherentes a este tipo de productos. Para lo cual se pueden poner en contacto con la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ADICAE), para que les puedan asesorar debidamente de las medidas oportunas a tomar.