Previously on Educadictos: Linux, de todos y para todos.
Con ese título comenzábamos una travesía que no todos finalizarán… alguno perecerá en el intento, pero no tú, que nos acompañarás en este viaje por el universo linuxero… Aquí todos empezamos desde 0, y ya veremos hasta dónde llegamos… 🙂
Red Hat, Suse, Ubuntu, Knoppix, Debian… el listado de “distribuciones” gnu/linux abarca más de una centena de nombres que pueden confundir al usuario novel. En esta entrada comentaré, a grandes rasgos, las diferencias entre las más conocidas de ellas para que el no-iniciado pueda saber por dónde empezar.
Lo primero: el nombre GNU/Linux suele ser un asunto trivial o primordial según las preferencias del lector. Siendo Linux la parte más conocida, el usuario debería saber que esto es lo que hace que el sistema se comunique con la máquina. GNU hace referencia a gran parte de la colección de software incluido en el sistema, proveniente de un proyecto 20 años anterior a la obra de Linus Torvalds y compañía.
A pesar de este tratamiento superficial, el concepto es importante para entender una distribución Linux. Todas comparten ese núcleo, la diferencia entre unas u otras es el software base incluído. Concretando, y pensando en el usuario novel, las diferencias más importantes son 3: (tras el salto)
1. Entorno gráfico
Al contrario de los sistemas Windows o MacOS, en Linux podemos elegir la “interfaz” a través de la cual interactuaremos con el sistema. Entre unas y otras hay diferencias de ergonomía, nivel o facilidad de personalización y consumo de recursos, principalmente. Entre todas las opciones disponibles (e intercambiables de un Linux a otro), hay una para cada usuario/PC (las hay incluso que simulan a la perfección los entornos de los sistemas anteriores y más).
2. Software por defecto
El software incluido variará según la finalidad de la distribución. Hay distros para uso doméstico/escritorio estándar, uso empresarial, distros para máquinas de bajos recursos, para producción multimedia… Todas incluirán un reproductor multimedia, una suite ofimática, un navegador web, etc. aparte del software específico.
Como esto del Software Libre va de capacidad de elección, nada nos impide desinstalar unas e instalar otras cómodamente, e incluso cambiar el entorno gráfico o alternar entre varios.
3. Paquetería
Es imprescindible citarlo, ya que es la única característica importante que no podremos cambiar a posteriori.
Por paquetería nos referimos a la manera en que el software se compila de acuerdo a nuestro sistema y sus librerías. Como podéis comprender, no es un motivo del que deba preocuparse un usario doméstico, ya que sólo afecta en que este use un instalador u otro para su software. El funcionamiento de estos “gestores de paquetes” es muy similar, y poco o nada afecta a la hora de contar con uno u otro software. Por este mismo motivo, evitaré el especificarlos.
Ahora que tenemos un poco más claro las diferencias, hablaré de las distros más conocidas. Que os sirva de orientación, ya que es un hecho común que el que disfrute de Linux acabe probando, tranquilamente, una decena de distros diferentes.
Distros
Distribuciones para usuario estándar: Ubuntu y Linux Mint, Fedora y OpenSuse.
Fedora y OpenSuse son las versiones domésticas (y gratuitas) de las distros comerciales RHEL (Red Hat Enterprise Linux) y Suse Linux. La primera es una de las distros con mayor tendencia a las últimas novedades de software (junto con Ubuntu). Por su parte, OpenSuse se enfoca en la estabilidad y sencillez de uso (de hecho tiene uno de los mejores instaladores que haya probado).
Ambas incorporan por defecto uno de los entornos de escritorio más usados: Gnome, actualmente en su versión 3. Suelen facilitar .isos con este y otros entornos.
Ubuntu nació a raíz de Debian (de la que hablaremos más adelante). Es una de las distros que menos dudan en realizar grandes cambios (a veces en contra de las preferencias de sus usuarios), teniendo a Unity, su propio entorno gráfico, como mayor exponente. A pesar de las posibles consecuencias negativas de esto, han hecho un gran trabajo acercando Linux a las masas: en la actualidad cuentan con una de las mayores comunidades de usuarios y documentación, Unity ha mejorado de manera abismal y el sistema PPA (Personal Package Manager) de gestión de fuentes de software hace muy sencillo el aumentar la cantidad de software disponible.
Cuenta la leyenda que Ubuntu en Swahili significa: “No sé instalar Debian”.
Siempre desde el respeto a las distros primigenias, Ubuntu es una de las distros con más variantes. Hay equipos de desarrolladores manteniendo versiones de Ubuntu con prácticamente todos los entornos de escritorio y todas las utilidades posibles para un sistema Linux (incluso existe una fusión Ubuntu+Fedora).
Linux Mint rizó el rizo de lo conseguido por Ubuntu y, partiendo de él, ha conseguido alcanzarlo en número de usuarios y, sobretodo, la satisfacción de estos mismos. A raíz de la publicación de Unity creó su propia capa gráfica, conocida como Cinnamon.
Distribuciones para usuarios avanzados: Debian, Slackware, Arch Linux.
Sin ser tan longeva como Red Hat o Suse, Debian es la distro “por excelencia” de la comunidad. Su intento por evitar cualquier resquicio de derechos “peligrosos” le ha llevado a rechazar el branding de Mozilla, usando Iceweasel (variante de Firefox) entre otros programas. Conocida por su aparente dificultad de uso, presenta las ventajas de apostar por estabilidad frente a novedad, siendo un sistema muy robusto. Por otra parte, cuenta con una cantidad SALVAJE de documentación y facilita la descarga de todos, TODOS los paquetes disponibles en los repositorios (en Cds o DvDs) para su instalación en equipos sin conexión a internet. Desde la versión 7 (que data de hace unos meses), incorpora Gnome 3 como entorno de escritorio.
Slackware es la primera distribución Linux propiamente dicha. Volvemos a encontrarnos con una distro superestable, aunque con fama de ser de las más complejas de usar (aunque sus habituales dicen lo contrario). En este caso, el entorno de escritorio es otra vaca sagrada como Gnome: KDE. A día de hoy KDE tiene una (dicen inmerecida) fama de consumir muchos recursos, aunque no da ningún problema en equipos relativamente modernos.
Arch Linux es una distro que se monta pieza a pieza. Con un conocimiento “estándar” de administración Linux puedes montar tu distro, empezando prácticamente de 0, con entorno gráfico y red wifi en un par de horas.
Distribuciones específicas
* Equipos de bajos recursos (a partir de 128MBs de RAM, aproximadamente): Puppy Linux es la distro más popular para estas máquinas, y consiste en una imagen del sistema que varía entre 50 y 180 Mbs, incluyendo entornos gráficos y aplicaciones muy ligeras. Por su parte, Slitaz va más allá y facilita un sistema operativo en 30Mbs de espacio.
* Seguridad: Backtrack (actualmente basada en Ubuntu) y Wifiway (desarrollo propio con KDE como entorno) son ejemplos muy conocidos del buen trabajo de Linux en la auditoría de redes.
* Producción multimedia: aunque las posibilidades multimedia de Linux están aún “en pañales” respecto a los sistemas comerciales, hay mucho trabajo realizado en este aspecto, siendo KXStudio (Ubuntu+KDE) y AvLinux (Debian+LXDE) dos distribuciones ideales para ahorrarse quebraderos de cabeza, la primera para quién quiere lo último de lo último (de hecho la gente de KXStudio es la que más está trabajando en facilitar paquetes de software multimedia a los usuarios Linux) y la segunda para el amante de la estabilidad.
1- KDE con Dock al estilo MacOs
2- Centro de Software de Ubuntu (GUI de gestión de paquetes)