La Educación en Finlandia (I)

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Finlandia no siempre ha sido uno de los países más competitivos del mundo. En realidad, cuando terminó la Segunda Guerra Mundial quedó muy empobrecido. Pero ante la adversidad, sus ciudadanos han sabido superarse y en pocos años han conseguido construir una economía fuerte que les permite el disfrute de un elevado nivel de vida.

 

¿Cómo lo han conseguido? Gracias al buen funcionamiento de sus instituciones públicas, su gran capacidad para innovarse, un buen sistema de salud y, sobre todo, su gran sistema educativo.

Este país tiene algo que enseñar al mundo: cómo enseñar.

¿Cuáles son las claves del éxito de este sistema educativo?

 

Lo fundamental, y creo que más importante, es que las familias en este país dan una extrema importancia a la educación.

Todo esto ha hecho despertar en mi un sinfín de curiosidades de cómo es estudiar en el mejor sistema educativo del mundo.

Contestando a la pregunta de la introducción, he descubierto que en Finlandia la educación se basa en la confianza, la transparencia, el respeto y en enseñar a pensar en vez de a memorizar.

Una cuestión queda clara desde el principio: la educación es mucho más que una colección de conocimientos.

 

En Finlandia, la comunidad al completo confía en los colegios, la población confía en los profesores y éstos en los alumnos y alumnas.

La población sabe que la educación es el principal recurso del país para competir en el mercado internacional y para lograr algo tan importante como es el civismo.

 

Hace años, el sistema educativo finlandés estaba más centralizado que en la actualidad. Pero pronto se dieron cuenta de que los resultados podrían ser mucho mejores si cedían el poder y concedían más autonomía a los colegios.

Esto es un fiel reflejo de cuán grande es la confianza de la población finlandesa en el sistema educativo.

 

Los colegios han asumido esa autonomía que se les ofreció y organizan su propio programa de estudios. Hay consenso entre profesores y alumnos sobre la planificación educativa. Los jóvenes dan sus opiniones sobre las propuestas que los docentes aportan. Informan de sus intereses y hay una clara participación en la organización del curso escolar. En eso se basa la transparencia.

 

Otra de las cuestiones más importantes a tener en cuenta es que hay una ley de educación que no se cambia completamente cada vez que cambian de gobierno.

 

Además, la autonomía de la que hablábamos se engloba dentro de un sistema en el que la educación se ofrece de forma gratuita e igualitaria para todos.

Los niños y las niñas de este país tienen pleno acceso a la enseñanza sin coste alguno. Son los propios colegios los que proporcionan todo el material, incluidos los libros, ordenadores, el transporte y la comida.

El 95% de los colegios son públicos. Los padres pueden elegir el colegio que más les guste, no el que les toque por cercanía.

 

La realidad es que suelen elegir el colegio que está más cerca de su domicilio pues saben que cualquiera ofrece ese alto nivel que buscan.

 

Por otro lado, la enseñanza no se reserva sólo a lo que se realiza en el colegio. Los niños y niñas de este país tienen menos horas lectivas que en otros países. En sus propias casas aprenden la lengua y la socialización. La relación con el profesor es muy importante y resulta muy cercana ya que no hay masificación de alumnos en las aulas (20 alumnos por clase).

 

Sin duda, en mi opinión, todo un ejemplo a seguir.

 

Estas son, a grandes rasgos, las principales características del sistema educativo en Finlandia. En posts sucesivos, comentaremos con más detalle cada una de ellas y veremos cuán diferente es con el sistema español.

¿Será el sistema educativo uno de los aspectos que coloca a cada sociedade en el sitio que le corresponde?

Te espero en la segunda parte de este post: La Educación en Finlandia (II)