Normalmente la línea editorial de este blog, es poner en conocimiento de los lectores temas de interés, relacionados muchas veces con el uso de las nuevas tecnologías. Y sobre todo, en la gran mayoría animando a su uso y fomentado su difusión.
Y no, no quiero ser el que vaya en contra de esa línea editorial, pues me parece una gran iniciativa. Sin embargo, en está ocasión debo hacer un paréntesis, y aunque solo sea por unos segundos ir en contra de está tendencia que promovemos.
Recientemente he “enchufado” la televisión, algo que debo reconocer que cada vez realizo menos, pues a no ser por los informativos, no encuentro espacios de interés. Y con esto no estoy comentando que no los haya, solo que a mi no me “llaman”.
Visionando el programa legendario de Televisión Española, “Documentos TV”, encontré un reportaje que me llamo mucho la atención. El título del mismo, de por sí, ya nos puede atraer dado su enunciado; concretamente se titulaba “Vuelve a jugar”. He de suponer, que muchos de vosotros lo hayáis visto, sin embargo he querido utilizar este pulpito digital para desgranarlo un poco, y de esta forma animar a más personas que a se interesen y visionen el documental.
En resumen os puedo contar que el documental pone de manifiesto, el hecho, de que estamos produciendo un mundo de personas desconectadas de la vida natural. Provocando un impacto profundo sobre lo que somos y en los que nos convertiremos.
Para justificar tales afirmaciones, analizan la vida encerrada de seis adolescentes estadounidenses, adictos a los dispositivos electrónicos y las consecuencias que conlleva pasar más horas en la realidad virtual que en la real. Por no mencionar, además, que el sedentarismo avanza de la mano de las nuevas tecnologías, provocado por la falta de espacios y el escaso acompañamiento de los padres, como unas de las principales causas.
En el documental se arrojan datos tan escalofriantes, al menos a mi parecer, como que en tan solo una generación, los occidentales habrán pasado más tiempo en el mundo virtual que en la naturaleza; de hecho los niños permanecen un 90% del tiempo en espacios cerrados.
Algunos de los testimonios que aparecen en el documental, y que no nos dejarán indiferentes son: “No puedo imaginarme sin el teléfono, me sentiría sola”, “Durante el día, envío trescientos o cuatrocientos mensajes”…etc.
El objetivo perseguido por los creadores del documental es demostrarle a los protagonistas (no en vano, vivirán su primera experiencia en la naturaleza) y demás jóvenes del mundo occidental, que en la naturaleza también pueden divertirse con otro tipo de actividades, que no están solos y que podrán comunicarse con otros seres vivos, además de con esas personas virtuales, con los que hasta entonces únicamente se relacionaban.
La influencia del mundo virtual en sí misma no tiene por qué ser negativa. El problema radica en que se convierta en el marco en el que los jóvenes experimenten toda su vida.
Os animamos a dejar el sedentarismo de lado:
Me ha encantado este post…enhorabuena por reflejar en él la realidad de los jóvenes y no tan jóvenes de hoy.