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Seguimos con la tercera y última parte de este bloque de tres post. Puedes leer los dos anteriores haciendo clic en los siguientes enlaces: La Educación en Finlandia (I) y La Educación en Finlandia (II).
Continuamos.
Los profesores, el pilar más importante
La docencia en Finlandia es una de las profesiones más respetadas y goza de una gran reputación. Es una de las carreras más difíciles, siendo necesario cursar tres años de licenciatura y dos años de máster. El acceso requiere una nota elevada y superar una prueba de selección, de ahí que sólo los alumnos con los mejores resultados puedan optar a la misma.
De hecho, solamente el 10% de los aspirantes consigue acceder.
Por ello, la docencia en Finlandia es, fundamentalmente, vocacional. Su formación es exigente, pasando por varias pruebas hasta conseguir su puesto de trabajo, que llevan a cabo hasta su jubilación.
Por todas estas circunstancias, la población confía en los profesores al 100%, porque saben que han tenido la mejor preparación.
Por otro lado, en cuanto a su retribución, los profesores cobran del dinero que el Estado destina a cada colegio, y que depende del número de alumnos que es capaz de conseguir. Cada centro organiza ese presupuesto como cree conveniente.
Aparte de su sueldo tienen unos incentivos, tanto monetarios como de reconocimiento social y la forma en la que se premia a los buenos maestros.
En este sentido, además, una clara diferencia es el empeño por continuar formando a estos profesores.
Son motivados y ellos mismos están muy preocupados por estar al día sobre los cambios que se producen en la sociedad y en su propia profesión. Tienen una formación permanente, y esto no se consigue en un régimen de obligación, sino con negociación, diálogo y un impecable sistema de incentivos.
Estos profesionales reciben coaching durante toda su carrera profesional para realizar su trabajo cada vez mejor.
Tienen que innovar a diario en sus clases.
La participación por parte del alumnado garantiza, además, que se incluyan todos los temas y muchas de las herramientas que a éstos les motivan.
Así, en muchas de las materias impartidas en sus clases se proyectan videos de YouTube, preparan investigando en internet, en las redes sociales, etc. Recurren al uso de comics y escuchan música. La tecnología se usa a menudo en las clases como lo harían en sus propios hogares.
No obstante, si un profesor no realiza su trabajo de forma satisfactoria, puede ser sustituido cuando el centro lo crea oportuno.
Concluyendo y como ya hemos dicho, todos confían en todos: la comunidad y el alumnado confían en los docentes y éstos en los alumnos. En muchas ocasiones los profesores se ausentan del aula para que los jóvenes trabajen solos en sus propios proyectos. No hay un sistema de control ni lo conciben siquiera ya que no lo ven necesario.
La juventud finlandesa conoce bien la importancia de la educación en su país.
Consecuencia lógica de todas estas cuestiones que hemos analizado: Finlandia es un país que ha alcanzado el nivel de la excelencia. Y no solo educativa, sino en todos los aspectos.
Esta última parte me ha parecido tan interesante como los dos anteriores. Refleja realmente como tendría q ser un profesor y como acceder a esa maravillosa carrera. Pero ni aquí ni en muchos países se realiza así y es triste.
Ojalá algún día llegase a ser así en nuestro país.
Felicidades por la trilogía. Un tema que me ha enganchado.
Hola Marisa !!
Me alegro de que el resultado global de este bloque de tres artículos te haya resultado interesante. La verdad es que es un tema que, en España, necesita una profunda revisión y consenso.
Te animamos a seguirnos en futuros artículos y a seguir enriqueciendo el blog con tus interesantes aportaciones.
Un saludo.