Una de las herramientas de las que podemos disponer a la hora de aprender una segunda lengua son los diccionarios.
Si nos encontramos en la situación de iniciar el aprendizaje de nuestra segunda lengua, podremos hacer uso de los diccionarios bilingües, en los que se presentan equivalencias entre las dos lenguas en cuestión. Si por el contrario ya llevamos más tiempo de estudio y por lo tanto tenemos un mayor nivel, sería recomendable hacernos con un diccionario normativo, en el que se presentan las palabras con sus significados en orden alfabético, ya que la lengua de origen y la que intentamos aprender nunca serán exactamente equivalentes, por lo que sería más útil conocer la definición en el propio idioma objetivo de estudio.
Algunas de las características que éstos deberían tener son:
- Una guía de pronunciación de las entradas.
- Una gramática básica.
- Una lista de abreviaturas utilizadas.
- Tablas de conjugaciones verbales, incluyendo verbos regulares y la mayoría de los irregulares.
- Modelos para correspondencia, que incorporen fórmulas expresivas para una variedad de comunicaciones escritas.
- El género de los nombres (en caso de que lo tuvieran).
- Indicación de los ámbitos en los que algunas entradas se usan (p.ej: navegación, zoología, etc.).
- Indicación de los usos regionales y el origen.
- Indicación del registro: formal, informal o coloquial.
También debemos tener en cuenta que existen diccionarios para cometidos especializados: negocios, médicos, escolares.