En la actual época de crisis económica, existe una creciente preocupación (casi obsesiva) con la reducción del déficit público, que provoca un sinfín de recortes presupuestarios en la cuentas de las administraciones de los estados de todo el mundo (principalmente en la Unión Europea actual). Pero, ¿qué significa en sí mismo el déficit público? Es lo que me propongo explicar a lo largo de las siguientes líneas.
Definimos déficit público, fiscal o presupuestario a la situación en la que los gastos en los que incurre un Estado (entendido como el conjunto de todas sus administraciones) superan a los ingresos no financieros, en un determinado período de tiempo (habitualmente se toma como referencia un año natural).
En el siguiente vídeo podéis ver una explicación más técnica del concepto:
Para conocer esta cifra aproximada se debe acudir a las cuentas públicas para poder obtener el dato.
Es importante tener en cuenta, a la hora de analizar este concepto, que una situación de déficit público no es, por definición, algo malo, ya que este gasto supone en cierta medida que la economía y el consumo interno de un país permanecen activos, lo cual genera riqueza.
El gasto público suele ser, en la gran mayoría de los casos, el principal motor de la economía de un país, aunque esto puede llegar a suponer un riesgo de impago (quiebra/suspensión de pagos) que dificulta y encarece sobremanera el acceso al crédito exterior, imposibilitando la refinanciación de la deuda acumulada y el poder asumir ningún tipo de gasto por parte del Estado.
Es por ello que se debe medir la cifra de déficit público, no en términos absolutos (cifra total), sino en términos relativos, es decir, en función de la proporción que dicha cifra supone sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de un estado, para poder medir su verdadera importancia.
El profesor José María Gay de Liébana (uno de los mayores especialistas económicos de nuestro país), explica mejor esta situación de relativismo, ejemplificándolo con el actual caso de la economía española:
Solo hay tres opciones a la hora de tratar de reducir este déficit presupuestario, estas son:
- El incremento de los ingresos (mediante impuestos directos o indirectos)
- La reducción de los gastos
- Una combinación de ambos (que suele ser la vía por la que optan la mayoría de los países)
Aunque resulta tremendamente injusto y doloroso la reducción del gasto público, principalmente en aquellas partidas presupuestarias que afectan a la población más desfavorecida y con menores posibilidades de progreso económico (pensionistas, personas dependientes y colectivos en riesgo de exclusión social), también resulta poco útil para la reactivación económica, en época de crisis, el aumento de los impuestos (tanto directos como el IRPF, como indirectos como el IVA), ya que esto supone que se estanque la economía y se pueda entrar en situación de recesión. Es decir, no existe la fórmula ideal de reducción del déficit, ya que ambas suponen una penosa contraprestación.
Es por ello que, aunque pueda parecer una locura, una buena alternativa para reducir esta cifra es mediante el aumento del gasto público, lo que sin duda provocará a corto plazo el aumento del déficit, pero que puede lograr unos resultados positivos si esta política se analiza a largo plazo y se acompañan de medidas o planes de mejora de la producción y la productividad, lo que generará un gran aumento de los ingresos reduciendo el déficit en un número indeterminado de años, sin que ello suponga el progresivo empobrecimiento de sus ciudadanos, que es lo que está ocurriendo actualmente.
El del primer vídeo se clavadito a José Bretón… xD