Pisa es una ciudad situada al noroeste de Italia y conocida por su famosa torre inclinada.
Pero además, ahora que está tan de rabiosa actualidad la polémica Ley de Educación del Ministro Wert, hemos descubierto que PISA también son las siglas de un conocido Programa que se elabora cada tres años y del que nos sólo nos acordamos, como siempre, cuando truena.
PISA es el acrónimo (por sus siglas en inglés: Program for International Student Assessment) de Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes.
Consiste, como su propio nombre indica, en un Programa Internacional de Evaluación, iniciado en 1997, por los países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
Su objetivo es supervisar el estado de los sistemas educativos de los diferentes países participantes (participación que es voluntaria), evaluando la competencia de los estudiantes de 15 años en tres áreas cognitivas: Matemáticas, Lectura y Ciencias.
El énfasis de la evaluación está puesto en el dominio de los procesos, el entendimiento de los conceptos y la habilidad de actuar en varias situaciones dentro de cada dominio.
El estudio se lleva a cabo cada tres años, a partir del año 2000, en el que participaron 32 países. La participación fue de 41 en 2003, 57 en 2006 y 65 en 2009.
Los informes y pruebas liberadas de las evaluaciones PISA se encuentran accesibles al público en la página del Instituto Nacional de Evaluación Educativa:
Cada una de las evaluaciones se centra en alguna de las áreas anteriormente descritas, mientras que las otras dos se someten a un sondeo menos exhaustivo.
Así, la evaluación PISA 2000 evaluó como competencia central la Lectura; PISA 2003, las Matemáticas; y PISA 2006, las Ciencias.
Los instrumentos que se utilizan son:
1. Pruebas de competencias básicas
2. Cuestionario de entorno para el alumnado
3. Cuestionario de entorno del profesorado
En 2009 se cierra el primer ciclo y se vuelve a la Lectura como tema central del estudio.
Con este sistema (considerando ese periodo de nueve años como apropiado para analizar el impacto de las políticas educativas introducidas a raíz de los informes) se puede evaluar el progreso de los alumnos en cada una de las áreas cognitivas en las que se centra la evaluación y que cada tres años se realice un análisis de tendencias en las áreas restantes.
Sus resultados se expresan mediante unas puntuaciones en las diferentes áreas, y que permiten establecer comparativas entre los sistemas educativos de los países participantes.
Conclusión
En principio, el Informe Pisa parece un sistema objetivo de comparación. Sin embargo, no está carente de bastante críticas precisamente por este motivo, en la medida en que se trata de un análisis meramente cuantitativo.
Para su realización se utilizan muestras representativas de entre 4.500 y 10.000 estudiantes por país. Aunque este tamaño de muestra permite realizar inferencias del país en su totalidad, no permite inferencias por regiones o estados.
Por este motivo, incluso hay quien lo considera bastante limitado en la medida en que no tiene en cuenta variables como el entorno, las capacidades individuales de cada alumno, los diferentes valores sociales y cívicos, o incluso el sistema educativo de cada país.
También existe la posición contraria. Es decir, quien lo defiende, en la medida en que ayuda a los gobiernos en la formulación de políticas eficaces.
Por ello, estaría orientado más bien a la toma de decisiones para la conducción del sistema educativo y no a medir el rendimiento de los procesos educativos en cada aula o centro, es decir, no es un estudio de diagnóstico que se destine a proporcionar información individualizada a los alumnos y centros participantes.
A pesar de todo, sí puede ser utilizado como referente (no único, pero sí uno más) para tratar de determinar y corregir aquello que no funciona dentro de un sistema educativo, o para mejorar lo que sí funciona.
El Programa Internacional de Evaluación permite extraer conclusiones para mejorar la calidad de la educación en los países participantes.