Primero me gustaría analizar las diferencias entre dos términos distintos que a menudo se confunden pero claramente son diferentes: integración versus inclusión.
El concepto de integración supone que es el alumno/a diferente el encargado de integrarse en la escuela, contando con las adecuaciones y apoyos necesarios a su condición educativa. El concepto de escuela está definido como una Institución organizada para el alumno típico.
El concepto de inclusión implica que es la Escuela la que está preparada para recibir y formar a cualquier alumno/a, considerando que la diversidad es un valor añadido para el sistema educativo. En esta nueva perspectiva, el alumno/a se integra en un entorno donde es admitido y se adecua a sus necesidades educativas. El centro educativo o impartidor se define como un lugar para la diversidad.
A día de hoy todos somos conscientes de que nuestro sistema educativo se encuentra en crisis. Y ante esta premisa podemos tener una actitud negativa pero lo más lógico es pensar que toda crisis puede tener una resolución beneficiosa para todos y cada uno de los ciudadanos.
Para dar el salto de una perspectiva de integración a una de inclusión es necesario reformular las funciones y roles de los docentes. Y desde esta búsqueda de nuevos lugares y más allá de las acciones oficiales de los Estados, numerosos educadores han comprendido la necesidad de una formación continua.
El proceso de aprendizaje en la interacción se conceptualiza como las conductas interpersonales que se desarrollan a partir de la realización de una tarea común entre los alumnos. La interacción favorece el desarrollo del razonamiento lógico y la adquisición de conocimientos, gracias a un proceso de reorganización cognitiva provocado por el surgimiento de conflictos. El aprendizaje es la superación de los conflictos.
El nuevo rol del docente se postula como mediador y la clase trabajará sobre proyectos de investigación. Pero para trabajar con esta nueva metodología inclusiva, los profesores necesitan entrenamiento y adaptarse a las nuevas tecnologías. En España ya existen dos generaciones denominadas de “nativos digitales”y el sistema educativo actual no fue diseñado para ellos.
Ni siquiera las necesidades formativas continuas que el mercado demanda están preparadas ni pensadas para los denominados “inmigrantes digitales” (se trata de personas entre 35 y 55 años que no son nativos digitales, pero que obligatoriamente han tenido que incorporar las nuevas tecnologías a su rutina) en manos de quienes está sustentado el sistema educativo.
Los nativos están muy acostumbrados a recibir y procesar la información mucho más rápido que los inmigrantes digitales (sus profesores).
La mayoría de los docentes consideran a sus alumnos como los estudiantes que fuimos, creyendo además que los métodos de enseñanza que resultaron favorables para tantas generaciones anteriores son válidos para los nativos digitales. Es por ello que a menudo los docentes (inmigrantes digitales) hacemos de la educación algo poco atractivo, algo alejado al lenguaje digital tan llamativo para los alumnos.
La formación es un derecho y un bien para todos los ciudadanos. Las personas con diversidad funcional también forman parte de alguno de los grupos: son nativos digitales o inmigrantes digitales y ese lenguaje digital también les resulta más comprensivo y atractivo para su formación.
Partiendo de la idea de esta necesidad de comunicarnos y enseñar con un lenguaje digital, es necesario crear espacios propicios para el aprendizaje. Y sin duda, la formación e-learning crea un espacio adecuado ya que tiene una base tecnológica e inclusiva.
Las ventajas de una formación innovadora e-learning de alta calidad pasan por una metodología de aprendizaje que desarrolla la habilidad en la gestión de la información relevante y su análisis, potencia la capacidad de organización, da una visión global, mejora de las actitudes en la búsqueda de soluciones, y el dominio de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones.
Por otro lado la formación e-learning se adapta al alumno ajustándose a sus necesidades y al momento, sin barreras geográficas, algo tan relevante en la cultura actual globalizada, permitiendo que se creen redes de cooperación e innovación. El aprendizaje es además visto como algo activo que permite un ritmo adaptado para cada alumno y sus necesidades.
Tenemos que ser conscientes que toda la educación que recibimos a lo largo de nuestra vida tiene como fin el convertirnos en seres competentes para la sociedad. Que todos los trabajadores tienen la obligación de formarse y reciclarse continuamente para ser competitivos y como cualquier trabajador, los profesionales de la formación.
Actualmente el dilema es el siguiente: o los inmigrantes digitales aprenden a enseñar distinto, o los nativos digitales deberán retrotraer sus capacidades cognitivas. La teleformación es más cercana para los nativos digitales y permite la inclusión de la diversidad, adaptándose a tiempos y ritmos de estudio.
El debate que se abre sobre si un “inmigrante digital” está capacitado para enseñar a un “nativo digital” es el mismo que se abrió hace treinta años en la educación con la llegada de la Transición. Y mucho me temo que la solución será la misma´: aceleremos la jubilación de quien se ha quedado fuera del sistema por incapacidad para adaptarse y abramos el sistema a cualquiera que pueda sacarnos las castañas del fuego.
Un saludo.
Hola Sara:
Primero agradecerte tu opinión. A mi modo de ver, estamos hablando de situaciones totalmente distintas, primero porque actualmente se ha planteado y legislado el aumento de la edad de jubilación para todas las profesiones por lo que considero que es poco probable que se pueda anticipar la fecha de jubilación. En segundo lugar el documento elaborado desde la CE propone la formación continuada del docente e incluso plantea la flexibilidad laboral en favor de la formación, seguramente en este punto habrá un gran debate porque a día de hoy no se está gestionando esta premisa, pero también estamos en un momento de cambios y resulta dificil saber como vamos a afrontarlos y especialmente con qué medios.
Sobre la capacidad de un “inmigrante digital” para enseñar no dudo que con la preparación adecuada estará sobradamente cualificado, como se suele decir popularmente: “nadie nace aprendido”.
Un saludo
Ana Castro Antonio