Herramientas Creativas (I): Método SCAMPER

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Decía el filósofo William James que:

El genio no es más que la capacidad de observar la realidad desde perspectivas no ordinarias.

Lo cierto es que no todas las personas nacen con el mismo nivel de creatividad. Pero eso no significa que una determinada persona no pueda tener ideas creativas.

El pensamiento creativo para la resolución de problemas es un hábito, una costumbre, una habilidad. Y de lo que no cabe duda es de que, cuanto más se practique y entrene, mejor y más eficaz será.

Por ello, hoy iniciamos un bloque de artículos dedicados a hablar sobre herramientas creativas. Y la primera que analizamos es la conocida como el Método SCAMPER.

 

Una persona es creativa cuando tiene la capacidad de enfrentar las oportunidades de mejora o algún problema de una forma innovadora, original, nueva, diferente.

El Método SCAMPER es una herramienta que permite, precisamente, activar y desarrollar esta habilidad: el pensamiento creativo.

Se trata, básicamente, de una técnica mnemónica (de mnemotecnia o nemotecnia, es la técnica o procedimiento de asociación mental de ideas, esquemas, ejercicios sistemáticos, repeticiones, etc., para facilitar el recuerdo de algo).

Fue creada por Bob Eberlee, a partir de una lista de verificación verbal, originada por Alex Osborn (el creador del Brainstorming).

Si traducimos literalmente el término del inglés significa corretear o precipitarse.

Sin embargo, no es ese el enfoque en el caso que nos ocupa.

El Método SCAMPER se basa en la idea de que, para generar algo original o creativo, no se tiene porque crear necesariamente algo nuevo, sino que se puede lograr a partir de cambios o nuevas combinaciones de algo ya existente.

Así, un producto, servicio, proceso, etc., bien sea propio o de la competencia, se puede mejorar si se aplican una serie de preguntas relacionadas, y se siguen las respuestas para ver hasta dónde nos pueden llevar.

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Para ello, se crea una lista de verificación (o checklist) generadora de ideas basada en verbos de acción, y que sugieren cambios en dichos productos, servicios o procesos que ya se conocían con anterioridad.

Los verbos utilizados indican posibles formas de llevar a cabo esas mejoras, realizando cambios o sugiriendo alternativas a partir de las respuestas obtenidas.

Y, ¿de dónde salen las preguntas?

En realidad, la palabra SCAMPER es una sigla formada por las iniciales de los siguientes términos:

  • Substitute (Sustituir)
  • Combine (Combinar)
  • Adapt (Adaptar)
  • Modify (Modificar)
  • Put to other uses (Poner en otros usos)
  • Eliminate (Eliminar o minimizar)
  • Rearrange (Reordenar o Invertir)

 

Estas son las palabras clave para formular las preguntas. Y el procedimiento, el siguiente:

1º) Definición del problema

El problema a resolver puede ser encontrar o mejorar un producto o servicio, proceso, etc.

Para la definición del problema se pueden utilizar otras técnicas, como checklist u otros similares.

2º) Formulación de preguntas

En este punto, formulamos las preguntas utilizando los verbos de acción incluidos en la palabra SCAMPER y se procede a proponer respuestas a dichas preguntas.

  • Sustituir

–  ¿Qué podemos sustituir para conseguir, obtener…?

–  ¿Qué no es posible sustituir?

–  ¿Qué sucede si sustituimos el proceso A por el proceso B?

–  ¿Podemos cambiar la forma, color, tamaño,…?

–  ¿Qué es posible sustituir para reducir costes?

  • Combinar

–  ¿Podemos combinar productos o partes de éstos?

–  ¿Qué podemos combinar con un elemento externo?

–  ¿Podemos combinar las ventajas de diferentes servicios o procesos?

–  ¿Qué pasaría si combinamos estas características con…?

–  ¿Qué combinación de elementos generarían una reducción de costes?

  • Adaptar

–  ¿Qué sucede si adaptamos el producto para otra función?

–  ¿Podemos adaptar a nuestro producto o servicio una idea de la competencia?

–  ¿Podemos adaptar el modelo de EEUU, China, etc?

–  ¿Podemos adaptarlo a otro uso o utilidad?

–  ¿Cómo lo podemos adaptar para agregar otra función?

–  ¿Qué podemos adaptar para que esté disponible para más usuarios?

  • Modificar

–  ¿Qué podemos modificar para conseguir, obtener,…?

  • Poner en otros usos

–  ¿Es posible dar otro uso a nuestro producto?

–  ¿Puede ser utilizado por otro tipo de usuarios?

  • Eliminar o minimizar

–  ¿Es posible reducir desperdicios? ¿Cómo?

–  ¿Qué podemos hacer para simplificar, abaratar, etc., un proceso?

–  ¿Podemos reducir el tiempo de fabricación, elaboración, entrega,…?

–  ¿Qué pasaría si eliminamos…?

  • Reordenar o Invertir

–  ¿Puede hacerse más grande/pequeño/ligero/pesado,…?

–  Si reorganizamos determinados procesos, ¿ocupará menos?, ¿se producirán menos fallos o desperdicios?

3º) Evaluación y análisis

Respondiendo a las preguntas anteriores desarrollaremos ideas que, poco a poco, nos permitirán encontrar soluciones o mejoras.

Todas las ideas y respuestas obtenidas en el paso anterior, toca filtrarlas y evaluarlas, en base a los criterios que se hayan establecido, para, posteriormente, proceder a seleccionar las más adecuadas o idóneas al objetivo perseguido.

Te animamos a ver el siguiente vídeo para completar esta información:

 

En definitiva, la idea se basa en el poder de las preguntas como instrumento para fomentar la capacidad creativa.

Como conclusión podemos terminar diciendo que el Método SCAMPER permite, a cualquier persona u organización, conseguir pequeños cambios o soluciones innovadoras que, a la postre, pueden reportar un gran beneficio global.

Permite abrir la mente para conseguir nuevos y diferentes enfoques a cuestiones cotidianas, fortaleciendo la habilidad de cuestionamiento, así como la capacidad de adaptación a situaciones en las cuales otras técnicas o herramientas se muestran agotadas.

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