Intervención social a personas en riesgo

¿Qué es la Intervención Social?

La intervención puede desempeñar un papel crucial en la creación de cambios positivos y en la mejora de las realidades sociales. En el contexto del trabajo social, el concepto de intervención social se refiere a un esfuerzo planificado y consciente para abordar las deficiencias de un sistema social y mejorar la calidad de vida general de las personas y las comunidades.

En este artículo, exploraremos la definición, el propósito y las características clave de la intervención social, así como los factores importantes que pueden conducir a su aplicación. Además, hablaremos del enfoque participativo y colaborativo que constituye la base de una intervención social eficaz.

Definición de la Intervención Social en el Contexto del Trabajo Social

La intervención social, tal y como la define el Diccionario del Trabajo Social, engloba un esfuerzo profesional deliberado, coordinado y resuelto dirigido a examinar, evaluar, alterar y reformar el tejido de la sociedad con el objetivo último de efectuar una transformación beneficiosa. Se trata de un enfoque proactivo meticulosamente organizado y estructurado, respaldado por un profundo conocimiento de las complejidades del entorno social y ejecutado con vistas a instigar un cambio constructivo y fomentar el bienestar general de las personas y las comunidades.

El concepto de intervención social se basa en la noción de un proceso concienzudo y metódico mediante el cual se identifican los retos sociales y se diseñan y aplican estrategias específicas para generar un progreso significativo y sostenible. No se trata de una mera iniciativa ad hoc, sino de un curso de acción intencionado y sistemático, basado en una profunda comprensión de la dinámica social y guiado por principios bien fundados de justicia e igualdad social.

En esencia, la intervención social es una encarnación del compromiso proactivo de los profesionales del trabajo social en el esfuerzo orquestado para abordar, mitigar y corregir los problemas sociales prevalentes, contribuyendo así a cultivar un tejido social más equitativo, inclusivo y armonioso. Esta participación proactiva subraya la naturaleza proactiva, decidida y dinámica de la intervención social en el ámbito del trabajo social.

Intervención social con mayores

 

Complementar los sistemas sociales deficientes

La búsqueda de la intervención social está intrínsecamente ligada al imperativo de complementar y fortalecer los sistemas sociales deficientes. Es una respuesta a las inadecuaciones, desigualdades e insuficiencias discernibles que impregnan el marco social, que requiere una intervención calculada y concertada para rectificar, mejorar y realinear las estructuras y procesos existentes. Esta respuesta proactiva a las exigencias y anomalías del sistema social encarna la ética del trabajo social y subraya el papel fundamental de la intervención social a la hora de abordar las deficiencias sistémicas y promover un cambio positivo.

Además, la filosofía subyacente de la intervención social está profundamente arraigada en el reconocimiento de la interdependencia de los diversos elementos del sistema social, y en el reconocimiento de la responsabilidad inherente de actuar como administradores del bienestar social. Esto concuerda con los principios básicos del trabajo social, que hacen hincapié en la importancia crítica de la defensa, la capacitación y el cambio sistémico para fomentar un entorno que conduzca al desarrollo holístico y al florecimiento de todas las personas y comunidades.

Formulación de un Plan de Acción

Un elemento central del proceso de intervención social es la formulación meticulosa de un plan de acción integral que sirva como proyecto para los esfuerzos orquestados para abordar y mejorar los retos sociales existentes. Esta hoja de ruta estratégica se elabora mediante una evaluación rigurosa de los problemas existentes, junto con la participación activa de las partes interesadas y las comunidades, para garantizar que refleje las realidades matizadas y responda a las necesidades y dinámicas específicas del contexto social.

Además, el plan de acción se sustenta en una delineación coherente y sistemática de objetivos, estrategias y asignación de recursos, de un modo que es a la vez pragmático y ambicioso. Sirve de marco orientador que canaliza los esfuerzos colectivos de los profesionales del trabajo social, los miembros de la comunidad y las partes interesadas pertinentes hacia la consecución de resultados tangibles y sostenibles, maximizando así el impacto y la eficacia de las iniciativas de intervención.

Ejecución formalizada y sistemática del plan de acción

Una vez elaborado un plan de acción bien concebido, la siguiente fase fundamental de la intervención social implica la ejecución formal y sistemática de las estrategias y actividades definidas de acuerdo con la hoja de ruta establecida. Este enfoque estructurado es decisivo para garantizar que los esfuerzos de intervención no sólo tengan un propósito y un objetivo, sino que también sean responsables, transparentes y propicios para el seguimiento y la evaluación sistemáticos.

La ejecución formal del plan de acción también subraya el compromiso de respetar las normas profesionales y los principios éticos, al tiempo que genera un sentido de legitimidad y credibilidad a los ojos de las partes interesadas y de la comunidad en general. Este enfoque formalizado de la aplicación es emblemático de la ética profesional que sustenta la intervención social, y significa el compromiso concienzudo y basado en principios de los profesionales del trabajo social para lograr un cambio significativo y duradero en el panorama social.

Resolución de situaciones problemáticas

En esencia, la intervención social está orientada a la resolución hábil y resuelta de problemas sociales polifacéticos y a menudo arraigados que impiden el bienestar y el desarrollo de las personas y las comunidades. Implica un compromiso proactivo y sistemático con retos complejos como la pobreza, la desigualdad, la discriminación y la marginación, con vistas a lograr soluciones tangibles y sostenibles.

Además, el proceso de resolución de estas situaciones desafiantes requiere un enfoque polifacético y adaptable, que responda a las necesidades y dinámicas cambiantes del contexto social. Los profesionales del trabajo social, en el curso de la intervención, están llamados a aprovechar su experiencia, junto con la sabiduría colectiva y los recursos de las comunidades, para navegar y superar las complejidades y barreras subyacentes que perpetúan estas adversidades.

Al abordar estos retos de forma integral y sistemática, la intervención social sirve de catalizador para un cambio transformador y duradero, contribuyendo así a cultivar un orden social más justo, equitativo e integrador.

Mejorar la distribución del capital

Una dimensión crítica de la intervención social se refiere a la optimización de la distribución de recursos y oportunidades dentro del panorama social. Abarca un esfuerzo deliberado y sistemático para corregir los desequilibrios y desigualdades existentes en el acceso y la utilización de los recursos sociales, con vistas a fomentar una distribución más equitativa e inclusiva del capital, tanto tangible como intangible.

Este esfuerzo concertado para mejorar la distribución del capital implica una asignación estratégica y selectiva de recursos, junto con la defensa de políticas y la reforma sistémica, con el objetivo de mitigar la concentración de recursos en manos de unos pocos y generar un acceso más generalizado y equitativo a las oportunidades de crecimiento, desarrollo y bienestar. Al hacerlo, la intervención social sirve como instrumento fundamental para el avance de la justicia social y la capacitación de las personas y las comunidades en todo el espectro social.

Reducción de la exclusión social

Otro impulso fundamental para la intervención social es el imperativo de mitigar y, en última instancia, erradicar el fenómeno omnipresente y pernicioso de la exclusión social. Esto abarca un esfuerzo multifacético y sostenido para desmantelar las barreras y los prejuicios que sustentan la marginación y la privación de derechos de ciertos segmentos de la población, y para fomentar un clima de inclusión, diversidad y capacitación.

Al abordar los determinantes y las manifestaciones subyacentes de la exclusión social, la intervención social funciona como un eje para engendrar un tejido social más cohesionado, interconectado y participativo, en el que se conceda a cada individuo dignidad, agencia y oportunidad para un compromiso y una contribución significativos. Este esfuerzo concertado para reducir la exclusión social resuena con los principios fundacionales del trabajo social y personifica el compromiso inquebrantable de defender los derechos y el bienestar de los miembros más vulnerables y marginados de la sociedad.

intervención social para Mejorar la calidad de vida

En el núcleo de la intervención social se encuentra el objetivo global de mejorar la calidad de vida de las personas y las comunidades en todo el continuo social. Se trata de un esfuerzo que tiene muy en cuenta los elementos polifacéticos e interconectados que sustentan una existencia plena y digna, que abarca no sólo el bienestar material, sino también la conexión social, el florecimiento emocional y psicológico, y un sentido de agencia y autonomía.

Al abordar las barreras estructurales, sistémicas y situacionales que impiden la realización de una alta calidad de vida, la intervención social genera un impacto transformador y sostenible en el bienestar general y la satisfacción vital de las personas y las comunidades. Es un testimonio del espíritu proactivo y humanista que sustenta el ámbito del trabajo social, y una afirmación rotunda del compromiso inquebrantable con la defensa de los derechos, la dignidad y el florecimiento holístico de todos los miembros del entorno social.

Enfoque participativo y colaborativo de la intervención social

Integral a la metodología de la intervención social es un enfoque participativo y colaborativo que evita las directivas descendentes en favor de un compromiso inclusivo y empoderador con las personas y las comunidades. Se trata de un paradigma basado en los principios de co-creación, empoderamiento y agencia colectiva, en el que las voces, perspectivas y experiencias de todas las partes interesadas tienen un valor intrínseco y se aprovechan para informar y dar forma al curso de las iniciativas de intervención.

Este espíritu participativo y colaborativo impregna todas las facetas del proceso de intervención social, engendrando un sentido de propiedad, asociación y responsabilidad compartida entre todas las partes implicadas. Sirve no sólo para enriquecer el alcance y la eficacia de los esfuerzos de intervención, sino también para fomentar una cultura de respeto mutuo, solidaridad y capital social en las comunidades y en el panorama social más amplio.

En esencia, el enfoque participativo y colaborativo representa un cambio de paradigma en el ámbito de la intervención social, elevándolo más allá de un mero esfuerzo profesional para convertirlo en un viaje colectivo y sinérgico hacia la cocreación de una realidad social más justa, inclusiva y sostenible.

Conclusión

En conclusión, la intervención social es una actividad profesional que pretende estudiar, analizar y cambiar los sistemas sociales con el fin de mejorar el bienestar de las personas y las comunidades. Implica crear un plan de acción y aplicarlo de manera formal y colaborativa. Al abordar las deficiencias y promover la igualdad y la cohesión social, la intervención social desempeña un papel crucial en la creación de una sociedad más justa e integradora.

 

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2 Comentarios

    • Hola, Bea. Este curso es de ámbito privado, o bonificable, no es de convocatorias subvencionadas. Esto quiere decir que no tiene requisitos de acceso y que cualquier persona, desempleados incluidos pueden hacerlo, abonando su coste.
      Para poder hacerlo de modo gratuito se ha de trabajar por cuenta ajena y la empresa debe incluirlo en su formación programada para sus empleados, es decir, la empresa lo abona y luego puede deducir estos gastos de las cortizaciones a la seguridad social, de ahí que tenga el carácter de ‘bonificable’.

      Para más información puedes llamar al teléfono gratuito de Femxa: 900100957, donde te aportarán todos los detalles de su impartición y contestarán a todas tus dudas.

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