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Casi a diario oímos hablar de la inflación en los informativos. Que si este mes ha subido un no sé cuánto por ciento, qué cara está la vida, cómo han subido los precios, etc.
Sin embargo, no siempre está claro qué es y por qué sube o baja.
En el artículo de hoy, vamos a trata de explicarlo de forma breve y sencilla.
Partimos de la base de que, en una economía de mercado (aquella basada en el juego entre la oferta y la demanda), los precios de los bienes y servicios están sujetos a cambios.
El término inflación hace referencia a un aumento generalizado y continuado de dichos precios que no se limita a determinados artículos, sino que afecta a un conjunto amplio de bienes o servicios, en el ámbito de una economía determinada.
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Como resultado: pueden adquirirse menos bienes y/o servicios por cada euro, es decir, cada euro vale menos que antes.
Dicho de otro modo, podemos entender la inflación como la disminución del poder adquisitivo (descenso del valor del dinero) que se manifiesta por el alza generalizada y acumulativa de los precios.
La inflación debe medirse siempre referenciada a un determinado periodo de tiempo, por ejemplo, la inflación interanual (periodo más utilizado).
En este caso, compararíamos los precios de hoy con los de hace un año.
Una medida frecuente de la inflación es el Índice de Precios al Consumo (IPC).
Es un indicador económico que mide periódicamente la variación que experimentan los precios de un conjunto de productos, en relación con el periodo anterior.
Este conjunto de productos es lo que se le conoce como “la cesta de la compra” (o la cesta de productos de una familia), e incluye:
- – Artículos de consumo diario (alimentos, prensa, combustible, etc.)
- – Bienes de consumo duradero (ropa, electrodomésticos, etc.)
- – Servicios (peluquería, seguros, alquiler de vivienda, etc.)
Por tanto, esta “cesta de la compra” representa los bienes y servicios que consumen las familias durante un año.
Cada uno tiene un precio, que puede variar a lo largo del tiempo.
La tasa de inflación interanual se calcula comparando el precio de la cesta en un determinado mes con el precio de esa misma cesta el mismo mes del año anterior
En el siguiente cuadro puedes ver un ejemplo de cómo se calcularía la inflación:
Y, en este punto, el lector podría preguntarse hasta qué punto puede tener interés medir este dato.
Pues bien, sin entrar en complejas explicaciones económicas, los datos referentes a la inflación proporcionan una importante información por varias causas:
- – La inflación es un indicador que se utiliza como referencia para explicar numerosas variables económicas, algunas tan importantes como el crecimiento del salario de los trabajadores (en la medida en que los sindicatos negocian este incremento en base al aumento de la inflación, entre otras variables)
- – También es un importante referente para los gobiernos a la hora de valorar su política monetaria y comprobar si la oferta monetaria puesta en circulación es suficiente
Y, ¿qué causa el aumento de la inflación?
Definir las causas que producen la inflación es un proceso bastante complejo. Pero, y para simplificar, diremos que generalmente pueden resumirse o concretarse en tres causas:
- – Inflación de demanda
Se produce cuando la demanda aumenta más deprisa que la producción.
Se debe, entre otros factores, al incremento del consumo de las familias, incremento del gasto público, o del gasto en inversión de las empresas, etc.
- – Inflación de costes
Se produce al aumentar los costes de producción o al encarecerse algún factor productivo como consecuencia de, entre otros, el encarecimiento de recursos naturales básicos, o del precio del dinero o del tipo de interés.
- – Inflación estructural
Más compleja que las anteriores y se debe a circunstancias que afectan a la estructura económica de un país.
Además, dentro de la inflación, podemos hablar de diferentes tipos, en función del grado o velocidad en que aumente el nivel promedio de los precios:
- · Deflación
Se da en el supuesto en el que los precios bajan con respecto al periodo anterior.
Su causa más habitual es un desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Estos periodos suelen estar asociados a las crisis económicas, en los que no demasiada oferta u poca demanda.
- · Inflación moderada
La inflación moderada se refiere al incremento de forma lenta de los precios. Cuando los precios son relativamente estables, las personas se fían de este, incentivando la inversión del capital acumulado.
- · Hiperinflación
Es una inflación anormal y que aumenta en exceso, normalmente, como consecuencia de un desequilibrio entre la oferta y la demanda.
A diferencia del primer caso, aquí nos encontramos con poca oferta y demasiada demanda.
¿Beneficia en algo la inflación?
A pesar de lo que se suele creer habitualmente, los efectos de la inflación no son sólo negativos (que también).
Éstos últimos incluyen la disminución del valor real de la moneda, el desánimo en el ahorro y la inversión (principalmente, como consecuencia de la incertidumbre sobre el valor futuro del dinero), y la escasez de bienes.
Pero también es un hecho puesto de manifiesto por la mayoría de los economistas que una inflación cercana a 0%, pero positiva, es buena para la economía.
Así, como efectos positivos, incluye la posibilidad de que los bancos centrales de los estados ajusten las tasas de interés nominal, con el fin de mitigar una recesión económica, fomentando así la inversión.
Por ello, para una economía, controlar la inflación es primordial.
Actualmente, la mayoría de las corrientes económicas están a favor de una tasa pequeña y estable de inflación.
Una inflación pequeña (en torno al 2%) puede reducir la severidad de las recesiones económicas al permitir que el mercado laboral pueda adaptarse más rápidamente en una crisis, y reducir el riesgo de que una trampa de liquidez impida una política monetaria de estabilización de la economía.
La tarea de mantener la tasa de inflación baja y estable se asigna generalmente a las autoridades monetarias de cada país, generalmente los bancos centrales, que controlan el tamaño de la emisión monetaria mediante la fijación de las tasas de interés, a través de transacciones en el mercado de divisas, y mediante la creación de la banca de reservas.