Su nombre se debe al economista y Premio Nobel estadounidense James Tobin, quien la propuso por primera vez al gobierno de EE.UU. en el año 1972 como un mecanismo para estabilizar el sistema monetario internacional tras la crisis del sistema de Bretton Woods.
En la actualidad, ha adquirido de nuevo relevancia como una herramienta dirigida a controlar esos mercados, introduciendo controles a los movimientos de capital y evitando la especulación.
En el artículo de hoy te explicamos brevemente en qué consiste.
Básicamente, la Tasa Tobin consiste en un impuesto sobre las transacciones financieras.
Supone aplicar una tasa impositiva sobre cada una de esas transacciones financieras que atraviese las fronteras nacionales y que va de entre el 0,1% al 0,25% sobre el importe de la transacción realizada.
Su objetivo:
Desestimular el flujo de capitales en operaciones a muy corto plazo, generalmente, llevadas a cabo a través de instrumentos financieros complejos de alto riesgo y alta volatilidad.
Este tipo de operaciones se caracteriza porque su ganancia real se consigue gracias a la velocidad con la que mueve el capital en cuestión, pudiendo llegar a realizarse varias operaciones en un mismo día, y estando implicadas en las mismas varias personas o entidades.
La Tasa Tobin pretende contrarrestar la ganancia obtenida que, en este tipo de operaciones, es muy reducida.
Estas entidades o personas, al tener que pagar la tasa por cada una de las operaciones realizadas, se pensarían mucho llevar a cabo esos movimientos cortoplacistas, principalmente por el hecho de que sería complicado obtener algún tipo de ganancia.
Como señala el propio Tobin, se busca:
“Echar arena al aceitado mecanismo de las especulaciones que hacen viaje de ida y vuelta en días o pocas semanas”.
Se calcula (según estimaciones de Bruselas) que si el porcentaje a aplicar fuese el 0,1% y se extendiera a todo tipo de productos financieros, la recaudación rondaría la cifra de 35.000 millones de euros anuales.
Ventajas
Sus principales ventajas son:
- Favorece la estabilidad de los mercados financieros
- Mayores ingresos fiscales
Desventajas
Por otro lado, la Tasa Tobin presenta una serie de inconvenientes:
- Menor liquidez de los mercados
- Fiscalidad internacional diferente en la medida en que unos países lo apliquen y otros no
Actualmente, está cuestión se ha asumido por la Unión Europea, aunque lo hace de forma moderada y sólo por once países: España, Bélgica, Alemania, Estonia, Grecia, Austria, Portugal, Eslovenia, Eslovaquia, Francia e Italia.
Reino Unido, por su parte, está frontalmente en contra de la medida.
Pero, sobre todo, si recientemente ha adquirido de nuevo gran relevancia ha sido como consecuencia de la crisis económica, fomentada además por los movimientos antiglobalización.
Por otro lado, los sectores más liberales de la economía se oponen a la misma por considerarla una simple medida recaudatoria más, además de no solucionar los problemas de la pobreza y suponer un freno al libre mercado.
Además, resultaría complejo montar un sistema recaudatorio de estas características, sin perjuicio del posterior reparto y gestión de los fondos obtenidos.
Conclusión
Aunque es difícil determinar si la aplicación de la Tasa Tobin hubiese evitado la crisis, sí parece probable que la hubiese podido atenuar. Pero, en todo caso, requiere de una serie de variables de trascendental importancia para haber podido aplicarla: los países y sus intereses.