Muchos son los índices e indicadores, que nos ayudan a entender mejor la economía en general, y las mediciones macroeconómicas en particular. Uno de los más utilizados, y que mejor reflejan el estado en el que se encuentra la economía de un país, es el denominado Producto Interior Bruto (PIB).
Podemos definir el Producto Interior Bruto (PIB) como la medida macroeconómica, que referencia a la producción de bienes y servicios de demanda final, de una región o país, durante un período de tiempo determinado. Es un índice utilizado habitualmente, para medir el bienestar material de una sociedad.
En el siguiente vídeo podéis ver una explicación sobre la definición del concepto de PIB:
El PIB es una magnitud flujo, cuya principal pega es la no inclusión de ciertos aspectos que deberían ser considerados a la hora de medir la posición real de una economía. Este puede ser el caso, por ejemplo, del impacto ecológico de algunas actividades, o su impacto social, además de que nosuele disponerse de datos reales sobre la economía sumergida, la cual si que ha empezado, al menos, a reflejarse de manera estimada, en los últimos informes presentados.
Para evitar problemas de doble contabilización, principalmente debidos a la inclusión de los productos semielaborados o semiterminados, sólo se incluyen en el PIB bienes de producción final, para evitar por ejemplo, que las piezas que forman parte de un bien mayor sean contabilizadas dos veces, la primera como stock, y una segunda vez como parte del bien final.
Se entiende, por tanto, como bienes y servicios finales, aquellos producidos en el periodo en el que no se van a integrar en ningún otro proceso de producción, así como aquellos otros que no han llegado a integrarse en el proceso productivo al final del ejercicio, aunque para ello estuvieran destinados (lo que suele denominarse como existencias finales).
En el siguiente vídeo podéis ver una explicación, más en profundidad, de esta salvedad por parte del profesor Xavier Sala i Martín:
Con el uso del PIB, podemos comparar de una forma más equiparable, los datos económicos de países con características muy diversas.
Existen dos variantes de este índice, en función de si considera o no el factor de de la valorización monetaria del país, ya que por propia definición, el PIB debe medir bienes y servicios muy diversos en una misma unidad homogénea (en este caso en dólares – $USA). Por lo que, si un país variase el nivel de precios generales de todos sus productos, esto haría que aumentase su PIB de forma ficticia. Para evitar este tipo de situaciones, se crea el PIB real, que si tiene en cuenta esto.
Tenemos, por tanto, los 2 siguientes tipos de PIB:
- PIB nominal: valor monetario de todos los bienes y servicios que produce una economía a precios corrientes del año en que estos son producidos.
- PIB real: valor monetario de todos los bienes y servicios producidos por una economía, valorados a precios constantes, es decir, según los precios del año tomado como referencia.
Para realizar el cálculo del PIB real en función del PIB nominal, se utiliza el conocido como “deflactor del PIB”, cuya fórmula podéis ver en la imagen de debajo.
El hecho de que el PIB no mida aspectos con un peso importante en la vida real de las personas, como pueden ser los casos del autoconsumo, el hecho de que la economía sumergida sólo se tenga en cuenta de una forma estimada y no real, o bien la dificultad que entraña el determinar el efecto de la inflación en las subidas de precios de los servicios. Esto hace que el PIB deba analizarse más por su evolución, que por su propio valor en sí. Además de que también se pone en duda, su verdadero valor como índice que mide el bienestar de un país, ya que se le recrimina el hecho de ser excesivamente económico, y no social.
Pese a las lógicas críticas, que se le puedan hacer a la medición que realiza el PIB, este índice ha favorecido el poder realizar una comparativa más fehaciente, entre los distintos países del mundo, ya que hasta su creación se hacía especialmente complicado el poder medir factores tan diversos en una misma medida homogénea, que pudiera darnos una pequeña estimación sobre la posición real y relativa de cada país, dentro de la economía mundial.
“Los países en desarrollo tienen el 80% de la población mundial
pero les corresponde el 20% del PIB mundial.” (PNUD)
