La innovación es lo que distingue al líder de sus seguidores.
Si leemos la biografía de Steve Jobs, no hace falta ser un genio para darse cuenta de que estamos ante una figura clave para comprender cómo ha evolucionado la tecnología en las últimas décadas.
Su legado no se limita a sus productos. No sólo nos ha enseñado nuevas formas de incluir la tecnología en nuestra vida cotidiana, de hablar por el móvil, leer las noticias, sacar fotografías,…
Sus productos no son sólo software y hardware, sino una sensación, una experiencia. Para muchos, incluso, un estilo de vida (de hecho, recientemente, se ha presentado un perfume con olor a producto de Apple recién abierto: ver aquí).
Pero, además del Jobs tecnológico, estamos también ante un nuevo perfil de empresario: creativo, innovador, emprendedor, visionario, casi revolucionario, sus actividades iban más allá de las de un CEO.
Desde el punto de vista empresarial y de la innovación, Steve Jobs es una inspiración, un modelo a seguir.
Conozcamos más al Jobs empresario.
Me gustaría empezar estas líneas haciendo eco del símil recogido en el Diario El País, donde señalan a Jobs como la otra vertiente del capitalismo.
Jobs, justo como lo contrario de Lehman Brothers, Goldman Sachs, Moody’s y de tantas otras compañías que dominaban o siguen dominando el arte de hacerse ricos ofreciendo nada, sin generar algo tangible que lo justifique.
Por esta razón, tras su muerte, fue elevado a la categoría de Franklin o Newton, mientras los directivos de aquellas empresas son objeto de las iras de una población indignada.
¿Dónde radica su éxito como empresario?
Muchas veces la gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas.
Esta frase recuerda mucho a la conocida de Henry Ford: “Si le hubiera preguntado a la gente qué querían, me habrían dicho que un caballo más rápido”.
Aunque a Steve Jobs se le describe como uno de los grandes innovadores de la época, su éxito no radica tanto en la creación de nuevos productos como en su capacidad de simplificar la complejidad de la tecnología, acercándola al usuario medio.
Transformó los ordenadores en personales, puso Internet en nuestros bolsillos y logró que la información fuese no sólo accesible, sino también intuitiva, agradable y divertida.
El único modo de hacer un gran trabajo es amar lo que haces. Si no lo has encontrado todavía, sigue buscando. No te acomodes. Como con todo lo que es propio del corazón, lo sabrás cuando lo encuentres.
Steve Jobs creó un imperio basándose en su visión personal, sobre cómo la tecnología y las personas (o éstas entre sí) pueden relacionarse.
Consolidó un nuevo estilo de hacer negocios: el que le marcaba su intuición, siendo capaz de definir escenarios futuros y ver, con antelación, qué efecto tendrían sus productos en el mercado.
Barack Obama lo ha descrito como una persona “lo suficientemente valiente como para pensar de manera diferente, lo suficientemente audaz como para creer que podría cambiar el mundo y con el talento necesario para lograrlo”.
¿Qué lecciones nos enseña Jobs emprendedor y empresario?
- 1. Capacidad para aprender de los fracasos
Resultó que ser despedido de Apple fue lo mejor que me pudo haber ocurrido. La carga pesada del éxito se vio reemplazada por la ligereza de ser un principiante otra vez, menos seguro de todo. Me liberó para iniciar uno de los periodos más creativos de mi vida.
Creó Apple en 1976 en el garaje de sus padres. Al cabo de nueve años, cuando ya daba empleo a más de 4.000 personas, fue despedido de la empresa que él mismo había creado.
Posteriormente, cuando volvió a Apple, en 1997, la empresa estaba al borde de la quiebra. Microsoft dominaba una cuota de mercado del PC del 80%.
Jobs resucitó a su empresa con nuevas ideas (creando el iPod y iTunes), llegando a valer en bolsa 431.000 millones de dólares (más que el PIB de Austria, Grecia, Sudáfrica o Argentina).
Recuperó su puesto como CEO de la compañía y creó el iPad y el iPhone.
- 2. Inconformista / Perfeccionista / Creativo / Colaborador
Ser el más rico del cementerio no es lo que más me importa. Acostarme por la noche y pensar que he hecho algo genial. Eso es lo que más me importa.
Obsesionado por los detalles, demostró que la creatividad no estaba reñida con la tecnología. Es más, la potenciaba al máximo.
Su talento radicaba en reconocer las ideas geniales y desechar las que no lo eran tanto.
Ningún CEO de una gran compañía está tan intrínsecamente vinculado y comprometido con las operaciones del día a día de su empresa como lo estuvo Jobs.
Con gran influencia en el diseño de una identidad, fue juez estricto no sólo de la funcionalidad de sus productos, sino también de su apariencia y gusto.
No en vano, su nombre figura como “creador” en más de 100 patentes de Apple.
La guía creativa de la empresa en sus mejores años dependía siempre de su sensibilidad e intuición.
No obstante, este aspecto de su personalidad, le ha llevado a ser, en algunos casos, una figura controvertida, tachado de arrogante y soberbio, al ridiculizar a sus competidores que, en algunas ocasiones, calificaba como “mediocres y sin sentido del gusto”.
No hemos sido los primeros, pero seremos los mejores.
- 3. Focalización al cliente
Steve Jobs fue capaz de generar productos que suponían una verdadera anticipación a necesidades, con una capacidad excepcional para visualizar el consumo potencial de un producto y las preferencias del cliente.
Muchas de las cosas con las que me tropecé al alimentar mi curiosidad e intuición, terminaron por no tener precio.
Su obsesión por agradar al usuario le convertía en un artista más que en un ejecutivo, reinventando constantemente para aquél.
- 4. Carisma y extraordinaria capacidad de comunicación
Jobs fue, sin duda, uno de los máximos exponentes de la comunicación 2.0
Las presentaciones de sus productos, verdaderos espectáculos de Marketing corporativo, destacan como una de las formas de hacer publicidad más efectivas que se han conocido.
- 5. Crítico pero valora el talento
El carácter apasionado de Jobs iba, en ocasiones, de la mano de un cierto autoritarismo y severa crítica a subalternos, compañeros e, incluso, consumidores.
Robert Sutton, profesor de management de la Universidad de Stanford trató el tema en su libro “La regla en contra de los cabrones: como forjar un lugar de trabajo civilizado y cómo sobrevivir en uno que no lo es”.
Comentaba en él que “cuando la gente oyó que iba a escribir un libro sobre cabrones, empezaban a acercarse a mi manadas de personas contando historias sobre Steve Jobs”.
Sin embargo, un poco más adelante comenta: “Es increíble el miedo que tiene la gente en Silicone Valley del Sr. Jobs. Hiere a menudo sentimientos y provoca lloros y llantos. Pero casi siempre tiene razón y cuando se equivoca es tan absolutamente creativo que inspira”.
El mundo ha perdido un visionario, y puede que no haya un tributo mayor a su éxito que el hecho de que buena parte del mundo se ha enterado de su marcha a través de un ingenio que inventó él.
Fantástico. Uno de los mejores empresarios de todos los tiempos, gran ejemplo para los futuros emprendedores y d nuestros jóvenes.
Otro gran post. Grande