En el momento que hemos considerado al ordenador como un electrodoméstico más de nuestro hogar, y más aún, cuando ya se nos hace imprescindible su presencia para la vida, es necesario realizar una periódica renovación del mismo.
En este proceso hemos sufrido una evolución que, a día de hoy, concluye con el interrogante planteado: ¿Tablet o Pc?
No es lejano el tiempo en el que uno se dirigía a una tienda especializada y conversaba con el vendedor sobre qué equipo llevarse a casa, eso sí, no había duda de que se iba a tratar de un pc de sobremesa.
Los tiempos fueron cambiado, o mas bien avanzado, y en esa segunda o tercera renovación, la decisión se vuelve dual, pc de sobremesa o portátil. En ese momento, ya no sólo se trataba de elegir entre la ya amplia selección de marcas y modelos, sino que, además, uno ya tenía que decidir entre llevarse el pc de toda la vida o comprarse uno de esos flamantes ordenadores con “movilidad”, que tienen el plus de ocupar muy poco espacio.
Pues bien, en esos tiempos, más de uno se dejó llevar por la moda y se acabó comprando un portátil, sí, un portátil. Uno de esos, que a la postre se convertiría en un portátil-sobremesa, como yo los denomino; pues salvo el viaje desde la tienda a casa, no volvió a pasearse de la mesa del escritorio, salvo alguna que otra vez, o por qué no decirlo, alguna que otra visita…
Hoy en día, la renovación no se ha vuelto más fácil, pues si ya no resultaba sencilla dicha elección, ahora se abre el abanico de posibilidades. Debemos decidir si compramos un pc de sobremesa, un portátil o un flamante y nuevo Tablet.
La decisión puede ser sencilla o muy complicada. Si seguimos las nuevas tendencias, como han hecho muchos en el pasado, nos compraríamos un Tablet. Para estar a la última, por supuesto. Seguramente esta decisión venga condicionada porque en nuestro hogar ya tengamos un pc antiguo, un portátil de “sobremesa”; y en consecuencia nos falte un Tablet. No digo que ese sea el planteamiento general, pero las estadísticas así lo recogen.
Si le damos muchas vueltas, la decisión se complica al tener que analizar las tres posibilidades. No obstante, yo os reto a que analicéis verdaderamente vuestras necesidades y seguramente la conclusión llegará por sí sola.
Lo primero que debemos analizar es nuestro uso informático, es decir, qué hacemos con el ordenador más del 80 % de las veces.
Segundo, analizar el potencial de los equipos que tenemos en nuestro hogar, por si las carencias de ese nuevo producto puede ser suplidas perfectamente por nuestros equipos.
Y tercero, pero no menos importante, las perspectivas futuras de volver a reemplazar nuestro equipo informático.
Son tres premisas básicas que nos pueden ayudar a decidir qué comprar, pero siempre bajo el prisma de que la compra tiene que satisfacer nuestras necesidades.
Os dejo estas pinceladas para que os acerquéis a una primera reflexión. Y en el siguiente post analizaremos de forma más pormenorizada, qué se puede hacer y qué no se puede hacer con un Tablet, para que podamos sopesar de una forma más objetiva nuestra renovación.